Ser empresario – el lado positivo

No siempre he sido empresario. Antes de embarcarme en la aventura de ser empresario trabajé en una constructora como Jefe de Obras. Fue en el 2002 cuando cambié del lado empleado al del empleador. Después de más de diez años puedo decir que lo he disfrutado muchísimo. Pero donde hace mucha luz también hay mucha sombra. He vivido los dos extremos, momentos de gloria y momentos de mucho dolor. Hoy quiero compartir lo que he considerado para mí lo mejor de ser empresario:

1. La creación de algo propio – hay empresarios que dicen que la empresa es como un hijo para ellos. Tal vez a las personas que no tienen empresa propia les parece raro y exagerado que se ponga la empresa en el mismo escalón como lo hijos. Y para mí es cierto, no hay nada comparable con mi hijo.

Pero comparto tambien comparto la frase que la empresa es mi segundo hijo. Después de haber invertido miles de horas, amor y esfuerzo en ella se ha convertido en una parte de mí.

Y lo que tanto me ha gustado en todos estos años es el hecho de crear algo propio. De la forma como a mí me ha gustado, en cuanto a las personas, la cultura empresarial, el enfoque, los procesos… todo. Y esta sensación de haber creado algo propio me ha dado a lo largo de los años una satisfacción enorme.

2. Libertad de decisión – la libertad de decisión sobre los proyectos a realizar en la empresa, la libertad de decisión sobre las personas que forman parte del equipo, la decisión sobre el despacho y lugar donde trabajar y todas las otras muchas cosas que se deciden en la empresa. Como el horario de trabajo - aunque lo cierto es que yo igual como la mayoría de los empresarios trabajamos muchas más horas que las 40, incluyendo fines de semana y más que una noche. Pero simplemente no es lo mismo poder decidir por uno mismo cuanto y cuando se quiere trabajar. Aunque al final sean más horas que en la posición de un empleado

3. There’s no limit – tener una empresa dispara las opciones que se tiene en la vida.

Al trabajar para una empresa como empleado podemos subir la escalera de éxito, hacer pasos de carrera. Al tener una empresa y conseguir crecimiento se abre el prisma de las opciones enormemente. De repente ya no solo es posible subir escalones sino hacer saltos. Saltos grandes. Nace la euforia, se disparan las endorfinas y se instala una sensación de que no hay límite. De repente la vida no transcurre sobre unas vías de tren sino se eleva a la tercera dimensión.


Cada persona es diferente y cada persona se motiva por otros temas. Conozco empresarios que se motivan por el poder, otros por el dinero y también hay los que lo perciben más como una carga que una motivación. Al final es un tema muy personal cuales son los drivers de cada persona en particular.

En mi siguiente post explico los puntos negros que he experimentado en mi vida como empresario.

Como siempre, si tenéis comentarios o queréis completar la lista de motivaciones o simplemente mandarme un email, encantado de escucharlo

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