Los ingleses dicen “Walk the talk”, literalmente traducido significa “Caminar el discurso” y corresponde al dicho “Practicar lo predicado”. Al buscar una definición en palabras llanas encuentro lo siguiente: Realizar las acciones en consonancia con las declaraciones, afirmaciones y exigencias.
Quiero preguntar ¿porque es relevante practicar lo que predicamos?
A pesar de lo claro y simple que es el dicho he visto a muchos líderes exitosos comportarse como si a ellos no fuera de aplicación. Y aquí mi consejo si deseas destruir la cultura de tu empresa de forma rápida y eficaz: no hacerle caso al dicho es una buena elección.
Cuando la palabra y la acción no están en consonancia
Como he podido escuchar de la boca de empresarios y managers en varias ocasiones un “no será para tanto” he aquí ejemplos típicos y el efecto de cada uno.
Mirar hacia el otro lado cuando un empleado con resultados destacados no vive según los valores de la empresa. Pensar que no pasa nada si el mejor vendedor no actúa según los valores de la empresa mientras consiga resultados extraordinarios.
Sí que pasa algo: a todos los demás del equipo.
Aplicar políticas o reglas distintas para el propietario de la empresa. No importa cuán pequeña sea la regla que rompe el propietario, las excepciones la matarán.
Si quieres que las personas de la empresa por ejemplo sean puntuales, apliquen un código de vestir, no usen los teléfonos móviles en las reuniones etc. tienes que ser estricto en seguir las reglas. Predicar con el ejemplo.
O eliminar la regla para todos.
Dar comentarios o críticas constructivas a otras personas del equipo, pero no estar abierto a aceptarlo. La clave para ser un buen líder y director de equipo reside (entre otras) en una comunicación bidireccional. Si solo te gusta dar lecciones, aunque constructivas, pero no estás abierto a escuchar y aprender, los mejores del equipo abandonarán el barco.
Esperar que todos del equipo alcancen sus objetivos, cumplan con los números del Cuadro de Mando de la empresa y las prioridades trimestrales (Rocas) pero no aplicarse la misma exigencia como propietario o jefe. El efecto sobre los demás es devastador, destruye toda confianza del equipo y el esfuerzo caerá en picado.
El ejemplo de la familia
Fuera del entorno de las empresas la familia puede servir de ejemplo para ilustrar los efectos. Con niños pequeños parece más fácil practicar lo predicado porque son temas más ordinarios como no tirar las cosas al suelo, no gritar, lavarse las manos etc. Pero cuando los niños ya son más grandes a veces las cosas son más complicadas.
Hace 2 semanas estaba invitado para comer en casa de una amiga, llamémosla Beatriz. En la mesa, con la comida ya lista, estaba también su hijo Max (nombre cambiado) de 14 años, con el móvil en la mano. Mi amiga le pidió que “dejara de una vez por todas de usar el móvil en la mesa”. Poco después sonó un mensaje en el teléfono de Beatriz y lo atendió.
La reacción de Max fue poner los ojos en blanco y mirar su madre de forma acusadora a lo que Beatriz le dijo “es distinto…”. Puede que sea distinto para Beatriz por ser un mensaje del trabajo, pero para Max era lo mismo y el se quedó con la idea que su madre no atendió sus propias reglas. Seguro que habrá más discusiones en el futuro por el uso del móvil en la mesa…
Eres lo que haces, no lo que dices que vas a hacer.
"Walk the Talk" en la empresa
El sentido de la vista nos proporciona el 80% de toda la información de nuestro entorno. Dicho de otra manera la vista tiene con diferencia la mayor capacidad informativa e influencia en nosotros. En el mismo tiempo que nuestro cerebro necesita para analizar una imagen sabemos digerir únicamente de entre 6 y 8 palabras.
Por lo cual no importa cuán bien o cuántas veces repetimos mensajes si la imagen que damos es mucho más importante que todo lo que hablamos o escribimos. Líderes que dicen una cosa y hacen otra destruyen, por falta de coherencia, la confianza que las personas de sus equipos hayan depositado en ellos. Y confianza es la base para alcanzar resultados, como explica Patrick Lencioni en su libro The 5 Dysfunctions of a Team, es la ventaja competitiva definitiva.
La persona de más relevancia en este aspecto es la que más arriba está en el organigrama, el Director General o el CEO, porque siempre está en la diana de la observación. Todas las personas de la empresa le miran, observan y analizan, de forma consciente o inconsciente, su coherencia, su walk the talk.
Pero cogemos ahora como ejemplo una empresa de 85 personas. Las personas del equipo no miran o se orientan únicamente por lo que hace y dice el CEO, sino por lo que dice y hace todo el equipo directivo. Están en contacto con los directivos de forma diaria y constante y son las referencias más cercanas. Y lo que sucede es que la necesidad de practicar lo predicado se expande de una persona, del CEO, a todo el equipo directivo: es decir todo el equipo directivo ha de hablar con una voz y practicar lo predicado como si fuera una única persona. Esto ya es más difícil…
Saber qué es lo que queremos predicar
Sin saber con certeza qué es lo que se quiere predicar es difícil practicarlo... Dicho de otra manera, muchas empresas no saben adónde van, cuales son las prioridades actuales de la empresa o cuál es su identidad ideológica. O bien cada líder del equipo directivo tiene una idea distinta de las respuestas. En este caso las personas que trabajan en la empresa ven distintos mensajes, por parte de cada líder, sin consistencia ni coherencia. El resultado es que las personas pierden la confianza en el equipo directivo y la empresa y mejores suelen abandonar el barco.
Para saber qué es lo que el equipo directivo quiere predicar y practicar ha de saber responder a 8 simples preguntas, creando total claridad sobre él porque existe la empresa, quien es, adonde va y como va a llegar hasta allí. Solo entonces empieza a ser posible practicar lo que predicado como equipo directivo, todos con una voz.
Por lo tanto, si hay problemas de estar alineado como equipo es mejor detenerse y asegurarse de que las acciones sean 100% consistentes entre todos los directivos de la empresa y en consonancia con la identidad. Una vez claro, predicar mucho y practicar lo predicado con total coherencia.
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