El difícil equilibrio entre la libertad y el control en el teletrabajo

Hace ya bastante tiempo desde que el Coronavirus nos obligó a todos a trabajar de forma remota, nos gustase o no. Desde mi punto de vista no fue un nuevo invento – simplemente avanzamos un poco más rápido de lo que hubiera sucedido sin la pandemia.

No obstante, sigue ahí la duda de cómo el teletrabajo puede funcionar correctamente: ¿dónde está el límite entre libertad y control, dónde está el punto óptimo?

Die Gratwanderung zwischen Freiheit und Kontrolle im Homeoffice

La libertad y el control en el teletrabajo

Durante la pandemia el teletrabajo era la única opción para seguir funcionando, y actualmente se ha convertido en un plus muy demandado. Hace posible que los empleados puedan trabajar desde casa sin tener que acudir a la oficina todos los días, lo cual tiene muchas ventajas: flexibilidad, mejor conciliación de la vida laboral y la privada, autonomía... Para las empresas ofrece alternativas más económicas si no tienen que mantener grandes oficinas en el centro de ciudades como Barcelona, Zúrich o Múnich, por ejemplo.

Pero también es cierto que el teletrabajo depara nuevos retos, especialmente en lo que a libertad o control se refiere. Cuando hablo con directivos, muchas veces me dicen que demasiada libertad resulta en una falta de productividad o de fiabilidad en los trabajadores. En el otro extremo está un exceso de control que produce estrés, falta de motivación e insatisfacción en el equipo.

Por eso es tan importante encontrar el equilibrio adecuado entre la libertad y el control. Y, sobre todo, hay que saber cómo llegar a este equilibrio. Hace falta contar con las personas adecuadas en los puestos adecuados, y también tener una metodología para la gestión de la empresa para poder conceder libertad – dentro de unos límites claramente definidos.

En su conjunto, el concepto del teletrabajo es una excelente opción tanto para el empleado como para el empresario – si se hace bien.


La libertad del teletrabajo

Seamos sinceros, el teletrabajo les deja una libertad enorme a los trabajadores, que hace unos años era completamente impensable. Afortunadamente hemos progresado en este ámbito y el trabajo desde casa ofrece numerosas ventajas, como, por ejemplo:

  • Flexibilidad hasta un punto que es simplemente imposible en una oficina. Puedes manejar tu tiempo y tomar un descanso para tender la ropa o incluso jugar una partida de tenis (eso lo hago yo…). Es posible organizar el trabajo alrededor de la vida.
  • Autonomía: Trabajando desde casa se puede – y se debe – tomar más decisiones propias. Cada uno puede determinar el lugar de trabajo (sofá, mesa de comedor o escritorio) y también la carga de trabajo de cada día.
  • Tiempo y dinero: Desplazarse a la oficina todos los días supone mucho dinero y sobre todo, tiempo – un bien muy valioso, y más a medida que nos hagamos mayores.

Los primeros dos aspectos son componentes clave de la motivación. Si quieres saber más sobre este tema, te recomiendo que leas mi libro: La Empresa Motivada.

Pero… Por supuesto que tenía que haber un pero. Esa libertad conlleva grandes desafíos: cómo automotivarse, cómo organizarse, seguir en contacto y ponerse de acuerdo con los compañeros. Otro factor importante es la vinculación con la empresa, que puede pasar a un segundo plano con el teletrabajo.

En casa hay muchas distracciones y según el carácter de cada uno resulta más o menos fácil resistirlas: la nevera, la colada, navegar por internet, comprar en línea, tumbarse en el sofá y tantas cosas más. No todo el mundo consigue mantener el foco ante esas tentaciones.


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El teletrabajo y el control

Está claro que el teletrabajo ofrece muchas ventajas, pero para quienes están al cargo de un equipo también puede surgir la sensación de una pérdida de control: No queda muy claro quién se encarga de qué tarea, si funciona la colaboración y está ahí la duda si la gente está trabajando o solo aprovechándose de las nuevas libertades…

No es tarea fácil encontrar el término medio entre el control y la libertad.

Pero no cabe duda de que el foco no debería estar en controlar cómo y cuándo las personas del equipo trabajan, sino más bien en comprobar si se alcanzan las metas propuestas. Para ello, primero hay que saber qué objetivos hay. No me refiero a las grandes metas como facturación, EBDITA, CAC o ROI, sino a las micrometas: cuáles son ahora mismo los proyectos más importantes en la empresa, cómo funcionan los procesos definidos y qué tal van los leading indicators – los indicadores adelantados.

Si te limitas a comprobar continuamente quién ha trabajado cuánto y cómo, ya has perdido la batalla: se llama micromanagement y es el precursor para tener un equipo dependiente y desmotivado.


El reto: crear un equilibrio entre control y confianza

Para llegar a un buen equilibrio entre libertad y control hace falta una metodología para liderar el equipo o el departamento, y el mismo principio es válido tanto para el trabajo en remoto como para el presencial. Los equipos con los que he trabajado a lo largo de los años para implementar EOS (Entrepreneurial Operating System) me han confirmado sin excepción que EOS les ofrece precisamente este equilibrio.

Estos son algunos de las herramientas y principios fundamentales de EOS junto a una breve explicación como éstos son de ayuda para el trabajo en remoto. Échales un vistazo antes de reinventar la rueda:

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    Valores fundamentales: De tres a siete principios que definen la cultura de la empresa: ¿Cómo son las personas que queremos tener en nuestro equipo? Un filtro que impide que nadie se aproveche de la libertad.
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     Responsabilidades: En el teletrabajo es fundamental delegar responsabilidades y no tareas. Apenas terminada una tarea ya viene la siguiente pregunta: ¿Y ahora qué hago...? La base para poder delegar responsabilidades es el organigrama de responsabilidades, que muestra quien ocupa qué puesto en la empresa. Eso además evita que todos los asuntos tengan que pasar por la mesa del jefe.
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     Proyectos: En EOS, los proyectos se llaman Rocks. Se trata de los proyectos más importantes que hacen avanzar a la empresa – a nivel del equipo directivo, en los departamentos y en todos los demás niveles que pueda haber. La empresa es gestionada a través de proyectos con responsables y plazos.
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    KPI: Pero no todo son proyectos, también hay muchas tareas que se repiten todos los días. Las cruciales entre ellas deberían figurar como Leading KPI en el Cuadro de Mando enumerando la persona responsable, el objetivo y los resultados alcanzados.
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    Estructura de reuniones: La clave de las reuniones exitosas es colaborar de forma coordinada y con la máxima eficiencia. Para ello hay que encontrar el ritmo de reuniones adecuado: quién se reúne con quién, con qué frecuencia, durante cuánto tiempo y con qué agenda. En EOS definimos tres tipos de reuniones que son imprescindibles para todas las empresas:
  • Reunión estratégica para definir el plan del año
  • Reunión estratégica trimestral
  • Reunión operativa o táctica semanal para hacer seguimiento y comprobar si lo que nos proponemos (Rocks, KPI etc.) realmente se está implementando
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    Confianza: Las buenas relaciones se basan en la confianza. Ésta no se suele construir de forma casual, y menos cuando se teletrabaja y las personas no coinciden en la cocina para un café y una charla. Por eso cobra especial importancia la creación de pequeños momentos y grandes eventos para fomentar la cohesión del equipo. Algunos ejemplos: leer todos a la vez el libro de Patrick Lencioni, trabajar de forma conjunta con Profiling Tools tales como Strengthfinder o Disc, o simplemente una comida o unas cañas virtuales para intercambiar historias.
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    Tecnología: Por desgracia, la tecnología frecuentemente se usa como herramienta de control para ver que ocurre en las pantallas de los empleados, cuanto tiempo pasan en TikTok u otros canales del estilo, y durante cuantas horas está encendido el ordenador. No es la forma adecuada de usar la tecnología. La correcta es emplearla para crear un entorno colaborativo para mejor supervisar e implementar los puntos anteriores.

Resumiendo: el difícil equilibrio entre la libertad y el control en el teletrabajo

El factor decisivo para que pueda haber buenas relaciones laborales en un entorno de teletrabajo es un buen equilibrio entre la libertad y el control. Es cosa de la empresa – o, si ésta no da buen ejemplo, del jefe de equipo – crear e implementar una metodología que consiga establecer ese equilibrio. Una de estas metodologías es EOS, que ha sido desarrollada durante nada más y nada menos que 16 años y que ha sido implementada en más de 12.000 pymes.

¿O prefieres reinventar la rueda tú mism@?

La solución parece sencilla: pocas reglas que a su vez son decisivas para crear el campo de juego perfecto para dejar que todos los miembros del equipo gocen de autonomía y aporten lo mejor de cada un@.

Te invito a que eches un vistazo a EOS antes de volver a inventar la rueda. 😉


Próximos pasos...

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